Las palabras pueden ser palabras. O puñales. O besos. O dardos envenenados. O señales de humo. O mensajes de auxilio. Pueden ser inofensivas. Pero también pueden cambiar destinos si se utilizan con vehemencia, depertar enfados cuando son malinterpretadas y provocar rabia cuando no se dicen. Cada palabra tiene su momento y su escenario.Clara Ruíz de Gauna
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